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Exposición actual: “Dibujo libre: de la idea al dibujo, del dibujo a la idea”

 

La exposición que aquí se presenta pretende acercar al espectador al mundo del dibujo. Se plantea a través de un recorrido cronológico que pretende mostrar su evolución en los últimos 50 años de lo que conocemos como la Escuela Sevillana.


La expresión “Dibujo libre” resulta un regalo para cualquier niño que la escucha en el aula. Al oír estas palabras, siente la liberación porque verdaderamente podrá dibujar aquello que le gusta: la cara de un Cristo, una mariposa o un Goku en una esforzada pose. El joven artista podrá trasladar sus ideas a este soporte bidimensional, pero a la vez encuentra un cauce para crear nuevas cosas: el diseño de las zapatillas que les gustaría tener, el logotipo para una marca de coches o el diseño de las alas de una mariposa. El dibujo es una herramienta que claramente nos permite trasladar ideas que se convierten en imágenes o a la inversa, generar ideas o incluso soluciones a problemas a través de la imagen. El dibujo resulta una herramienta fundamental como elemento comunicativo, nos permite trasladar conceptos de manera rápida a través de un soporte visual. ¡Ojalá siempre el dibujo siempre fuera libre!

 

Desde el sencillo boceto de un mapa para dar una dirección, hasta cualquier obra final que se realiza pausada en un estudio, el dibujo parte de los elementos más sencillos y tal vez más primitivos; puede ser tremendamente sencillo o profundamente complejo. Se puede hacer en la arena de la playa con un palo o con un trozo de carbón tiñendo un papel o con agua y tinta, pero en todos casos desprende una gran sencillez como material para despojarse de todo artificio, al menos en lo refrendo a su conformación material. Es intuitivo, así pues el niño empieza a expresarse a través de él. Es gestual, ya que es capaz de trasladar nuestra expresividad física de manera fidedigna; así pues una firma es un dibujo único e irrepetible, ya que esta nunca sale de la misma manera ni siquiera realizadas por la misma persona. Es expresivo, pues deja ver con claridad la mano y la impronta del artista como una huella única. Es espontáneo, ya que se puede hacer en cualquier sitio y con múltiples intenciones, a diferencia de su hermana mayor la pintura. Es efectivo y traslada ideas con alta claridad y velocidad.


La exposición que se presenta recoge varias generaciones de excepcionales dibujantes, todos vinculados a la Escuela Sevillana; al usar esta denominación nos referimos a la formación que estos artistas han recibido. En Andalucía Occidental el centro de formación artística de referencia era la antigua Escuela de Santa Isabel de Hungría, actualmente la Facultad de Bellas Artes, por lo que más allá de la localización geográfica o la procedencia de los artistas, esta designación se refiere a una forma concreta de concebir dicha disciplina. Esta escuela es reconocida por la calidad de sus trabajos. Además esta exposición reúne una condición particular, ya que la mayoría de estos artistas han tenido o tienen una vinculación directa con dicha formación y por lo tanto han dejado y dejarán su impronta en diversas generaciones.


El recorrido parte de las abstracciones en Aguadas de tinta de Miguel Pérez Aguilera, obras que forman parte de su tesis doctoral. Pasando por los excepcionales e intimistas dibujos de Antonio Agudo, donde despliega su maestría con el conocimiento de la figura humana, que trasciende más allá de la pura representación. Las excepcionales puntas de plata de Daniel Bilbao en las que traslada su cariño a la arquitectura. Fernando Garcia-García nos muestra su amor a los clásicos desde una visión contemporánea. Simón Arrebola que nos traslada su universo personal y metafórico y Sara García con su delicada obra nos lleva a lo íntimo a través de su universo mágico.